Crónica de una peregrinación a Roma

Publicado por Comunicación Pastoral de la Diócesis El 21 mayo 2015 0 comentarios
Alumnos del Seminario Menor cuentan sus experiencias del viaje a la Ciudad Eterna con compañeros y formadores

En la Misa en la Plaza de San Pedro
Un año más, los alumnos de 4º de ESO del Seminario Menor, junto con nuestros formadores, fuimos en peregrinación a Roma como viaje de fin de curso. En esta ocasión también se sumaron dos compañeros de 1º de Bachillerato.
Empezábamos muy temprano el miércoles de madrugada facturando las maletas a las 5:30 horas. Allí coincidimos con Julio Iglesias Junior. Íbamos algo dormidos todavía, así que alguno continuó su descanso en el avión a Madrid. Como parte importante de esta primera jornada tuvimos la misa en la Capilla del aeropuerto, tomando otro vuelo hasta Roma, donde llegamos pasado el mediodía. Ya por la tarde tuvimos oportunidad de pasear por las calles y plazas principales de la ciudad: Piazza del Popolo, Piazza Spagna, Piazza Navona, Fontana di Trevi, Pantheon... Después de cenar una riquísima pizza en una de las calles del centro de Roma, como estábamos cansados del viaje, nos dirigimos directamente hasta la residencia Giovanni Paolo II, no sin antes pasar por la Vía Della Conciliazione, Castel Sant'Angelo, Vaticano... Al día siguiente había que madrugar.

Museos vaticanos
El jueves visitamos por la mañana los Museos Vaticanos, acompañados en todo momento por un fantástico guía que nos explicó la procedencia del nombre de esta colina romana, las distintas dependencias de los propios museos y las principales obras de arte que allí se encuentran. Contemplamos, entre otras, las estancias de Rafael -Escuela de Atenas, Bautismo de Constantino...-, los apartamentos de Alejandro Borgia -donde actualmente se exponen obras de arte contemporáneo-, hasta llegar a la majestuosa Capilla Sixtina, la gran obra de Miguel Ángel: el Juicio Final, distintos pasajes del Antiguo y Nuevo Testamentos... Finalmente entramos propiamente en la Plaza de San Pedro, acogidos por la columnata del grandioso Bernini en forma de brazos con los que la Iglesia recibe a sus hijos; en el interior de la Basílica no podíamos olvidar La Pietà, las sepulturas de los dos últimos grandes papas santos, S. Juan XXIII y S. Juan Pablo II, el enorme baldaquino sobre el Altar de la Confesión... También bajamos a la cripta, donde rezamos ante el sepulcro del apóstol San Pedro.
Ya por la tarde subimos a la Cúpula de la Basílica Vaticana, desde la cual se puede disfrutar de las maravillosas vistas de la Ciudad del Vaticano y de toda Roma. A pesar de que Joselu perdió el metro, y tuvimos que esperar por él en la siguiente parada, celebramos la Eucaristía, en italiano, en la capilla de la Salus Populi Romani de la Basílica de Santa María la Mayor. Luego fuimos hasta el Trastévere, un bonito barrio romano, donde disfrutamos de una graciosa representación de mímica y una excelente cena enfrente de Santa María in Trastévere.

En la Basílica de San Pablo Extramuros
San Pablo Extramuros
Al día siguiente, por la mañana, nos dirigimos en autobús hasta la Basílica de San Sebastián, donde tuvimos la misa en la cripta, bajo las reliquias de este mártir, para visitar luego las catacumbas, también con una guía en español y un grupo grande de peregrinos madrileños. Más tarde visitamos San Pablo extramuros, donde rezamos ante la tumba del Apóstol de los gentiles y gozamos de la belleza de la Basílica y de su nártex, para luego ir hasta San Juan de Letrán, catedral de Roma, que preside en la caridad a todas las demás iglesias. No podíamos olvidarnos de visitar el Baptisterio, para luego caminar hasta el Coliseo, cerca de donde comimos, pues nos esperaba una larga tarde de visita al propio anfiteatro, Palatino, foros romanos y Piazza Venezia, acompañados de nuestro guía del día anterior. Allí pudimos sumergirnos de lleno en la gran cultura latina, haciéndonos una idea de cómo serían esos edificios en la época imperial.
El sábado lo pasamos muy bien en el parque de atracciones Rainbow MagicLand. Hasta don Alberto, que al principio no estaba muy convencido, subió en varias atracciones con nosotros disfrutando y gritando como el que más. También nosotros nos desmelenamos en las distintas atracciones, repitiendo varias veces en alguna. Los empleados del parque debieron alucinar con nosotros... Ya por la noche, después de la misa en la capilla de la residencia -ese día se celebraba al santo fundador del centro, San Luigi Orione- tuvimos algo de tiempo libre por las calles de alrededor, donde tomamos unos helados. No podíamos quedarnos hasta muy tarde, ya que al día siguiente había que despertarse muy pronto.

Misa en la plaza de San Pedro con el Papa
Por último, el domingo celebramos el VII Domingo de Pascua en el Vaticano, participando en la Santa Misa que el Papa presidió en la Plaza de San Pedro, con el rito de canonización de cuatro religiosas, dos de ellas de Tierra Santa. Fue muy emocionante tener al Papa tan cerca de nosotros y mereció la pena haber pasado más de tres horas al sol con casi 30º de temperatura.
Tras la comida, regresamos al hotel para coger el autobús que nos llevaba al aeropuerto de Fiumicino. Este había sufrido un aparatoso incendio la semana anterior, por lo que, a pesar de la puntualidad del avión, no pudimos embarcar hasta una hora después de lo previsto. Eso fue lo que provocó que cogiéramos el siguiente avión por los pelos y que nuestro equipaje no llegara a Santiago hasta el día siguiente; una anécdota más para contar.
Fue una bonita experiencia poder disfrutar de la fusión entre la cultura romana y la cristiana en una de las capitales europeas y deleitar el paladar con su gastronomía.
Ernesto y Sergio

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