El SACERDOTE según el Sacerdocio de JESUCRISTO

Publicado por Javier de Montse CCaná El 01 junio 2012 0 comentarios
Jesús de las Heras
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La gloria de Dios y la salvación género humano son las razones del sacerdocio, del único sacerdocio de Jesucristo y del sacerdocio ministerial, concedido a quienes El eligió. Jesucristo fue constituido por Dios Padre sumo y eterno sacerdote, Pontífice (puente) de la Alianza nueva y eterna. Y perpetuar en la Iglesia el único sacerdocio de Jesucristo es voluntad salvífica de Dios. Para ello Jesucristo elige a hombres de este pueblo santo de Dios para que, consagrados por Él y por la unción del Espíritu, participen, por la imposición de manos, en su sagrada misión.
Los sacerdotes son, de este modo, son ministros y dispensadores del sus misterios. Los sacerdotes, renuevan en nombre de Cristo el sacrificio de la redención y preparan a los hijos de Dios al banquete pascual, donde se reúnen en su amor, se alimentan con su palabra y se fortalecen con sus sacramentos (la triple misión o “munus” sacerdotal: las funciones de pastoreo, de magisterio y de santificación). Los sacerdotes han de entregar su vida por Dios y por la salvación de los hombres, de modo que esta entrega los configura más a Jesucristo, con quien comparten la identidad y la dignidad sacras de su único sacerdocio.
El ejercicio, pues, del ministerio sacerdotal es fuente de santificación para el sacerdocio en complementariedad y desarrollo con su consagración y ordenación, que los hace, por la unción de los santos óleos, la imposición de las manos y las palabras y oraciones consagratorias, “pertenencia”, sacramento, prolongación de Jesucristo. Como ya se escribió en la tradición, “Sacerdos, alter Christus”.
Los sacerdotes, desde, con y por Jesucristo Mediador, Víctima y Ofrenda, han de ser también ofrenda agradable a los ojos de Dios, haciendo de sus vidas inmolación, sacrificio y entrega en imitación y a ejemplo de Jesucristo y a favor del pueblo santo que les ha sido confiado. La clave de la identidad, vida y ministerio de los sacerdotes es la fidelidad a la gracia recibida en el cumplimiento del ministerio confiado. Los sacerdotes, por ello, están llamados a dar testimonio constante de fidelidad y de amor a Jesucristo y a la misión encomendada.

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