
Si necesitamos,
apareces cuando menos lo esperamos.
Si te llamamos,
vienes a nuestro encuentro.
Si tenemos hambre,
abres la mano y nos sacias.
TÚ ERES EL PAN QUE NOS SALVA.
Ayúdanos a descubrir a Dios
en cada acontecimiento;
en los detalles de cada día,
en el pobre y en el necesitado,
en el triste o en el angustiado.
TÚ ERES EL PAN QUE NOS SALVA.
Si estamos débiles,
repartes tu pan con nosotros.
Si nos encontramos derrotados,
nos animas con el Pan de tu Palabra.
Si nos encontramos desorientados,
eres luz que nos ilumina.
.
¡Gracias, Señor!
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